miércoles, 23 de julio de 2014

El incendio de nuestro valle

(foto de izaga con las secuencias del incendio)
El miércoles día 22 de julio del 2009, para los izagaondoarras fue un día muy triste. Esa tarde, con una temperatura de 35ºC y unos vientos de 30-35 km/h, se produjo un grave incendio en la peña de Izaga por culpa de unos rayos que cayeron esa tarde.
En esos días se quemó un total de 825,6 hectáreas. De las cuales 625,6 eran de terreno forestal, 250 hectáreas de cultivo secano, 251 de matorral, 24 coníferas, 350 de frondosas y 0,6 hectáreas de terreno mixto.
Los focos se produjeron en Zuazu, Alzorriz, Idocin.
Para extinguir el fuego, tuvieron que utilizar 3 helicópteros, una avioneta del Ministerio de Medio Ambiente y Rural. Estuvieron medio centenar de bomberos, de las dotaciones de Cordovilla, Sangüesa, Peralta, Navascues, Tudela, Burguete, Lodosa, Tafalla y Estella. Además se añadieron 76 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias más los voluntarios de los bomberos de Aoiz.
Las tareas de extinción comenzaron unos minutos más tarde de las 4 del día 22 de julio.
(foto de una zona quemada del incendio)
También participaron en la extinción del fuego los agricultores de Zuazu, Lizarraga, Iriso e Idoate.
La Guardia Civil de Beriain, tuvo que desalojar a los 30 vecinos del pueblo de Reta (valle de Izagaondoa). A punto también estuvo de desalojar los pueblos del Alzórriz, Zuazu y Artaiz.
4 horas más tarde, los vecinos volvieron a sus casas.
La columna de humo, se veía a un radio de 30 km. En Pamplona, Aoiz, Huarte y en Tafalla.
Por la noche, seguía el foco en Alzórriz, Zuazu e Idocin, este último se encuentra al sur de Izaga.
A las 13 horas del día 23, estaba aún activo el fuego en la localidad de Idocin (valle de Ibargoiti).
Pasaron varios días, los bomberos estuvieron de guardia, por si algún foco empezaba a reavivar.
Como vemos en esta última foto, en este año 2014, aún se ve zonas de la peña Izaga, convertidas a cenizas desde el incendio del 2009.

jueves, 17 de julio de 2014

Romeria a Santa Felicia

Todos los años, el domingo después del Corpus Christi, en la ermita de Santa Felicia de la localidad de Labiano, en el valle de Aranguren, se celebra la romería dedicada a esta Santa.

(imagen de la romería a Santa Felicia)
Esta romería ha cambiado en estos últimos 36 años. Cuando yo era pequeño, me acuerdo que se juntaba mucha gente, la Santa Misa Mayor, se celebraba en frente de la ermita y era a las 11 de la mañana.
Según cuentan mis padres, nosotros solíamos quedarnos toda la mañana allí. Primero llegamos allí para oír la Santa Misa, después nos quedamos hablar con conocidos y familiares, a continuación, nos solíamos dar una vuelta por todo el pueblo para ver lo que había, nos paramos en un sitio del pueblo y almorzábamos. Después de almorzar, volviendo para el coche y aprovechábamos para comprarnos almendras garrapiñadas, caramelos,etc.
Esto que ha contado ocurría hace muchos años, cuando yo era pequeño. Ahora es muy distinto.
En la actualidad, mis padres y yo, solemos ir a veces a la mañana o a la tarde, depende de cómo nos toque el día. Llegamos allí, entramos en la ermita, oímos la Santa Misa, después hablamos con la gente conocida en el caso de que nos juntemos, nos damos una vuelta, compramos si hay venta ambulante y nos volvemos para casa. Ahora se nota que va poca gente a la ermita.
La ermita está dedicado a la conversión de San Pablo. Seguramente se construyó en la Edad Media, de estilo románico pero un incendio se destruyó. En 1753, se inaguró la actual ermita, con piedras de la antigua.
En esta ermita, contiene en un ataúd, los restos mortales de una joven, que fue matada por su hermano.
Felicia y Guillermo, eran dos hermanos, hijos cuyos padres eran los Reyes de Francia. Eran una familia cristiana que tenían mucha devoción y reverencia de Dios y de los Santos, que después de pedir y obtener la licencia y bendición de sus padres. Los dos hermanos partieron en romería a Santiago de Compostela. Existen 3 cosas para admirar: la primera es que habían cambiado las delicias de las cortes y los regalos por las incomodidades insuperables de una larga peregrinación, la segunda, es que emprendía la marcha con mucha pobreza y la tercera que los padres habieran consentido que los dos hubiesen partido solos en una edad tan peligrosa.
Después de haber cumplido Felicia y Guillermo con sus devociones y sus votos, caminando para Francia, Guillermo se volvió a Francia, y Felicia, decidió abandonar la babilonia de la Corte para lograrse ella guardarse sumamente a su pureza virginal, consagrada al Esposo celestial. El como he dicho, se fue solo a Francia, y ella decidió servir a Dios, donde quedaba desembarazada para poder atender a dicho servicio solamente.
Fue muy duro para Guillermo. Felicia, se esmeró en la abstinencia y en la caridad del prójimo, dejando de comer para dárselo a los pobres.
Guillermo llegó a la Corte de Francia, y sus padres recibieron la noticia con gran pena de no ver a su hija. Guillermo, volvió de nuevo a España, y supo que estaba sirviendo en el Señorío de Amocada (valle de Egües), la buscó y quiso persuadirle con sus amorosas palabras, pero no ella no se dejo convencer, porque dijo que primero la llevaría muerta que viva, y el hermano colérico le quitó la vida, en venganza de su honor, llevó alguna señal, luego que la vio difunta. Con una maravilla que Dios hizo sobre Felicia, Guillermo reconoció su pecado y para satisfación de la pena que tenía, escogió una ermita, obrando a Dios por los muchos milagros en su intercesión.
Los señores de Amocaín, estaban angustiados por Felicia, la buscaron y la encontraron muerta. La enterraron en la iglesia del mismo lugar. La Señora de Amocaín, fue a cumplir sus devociones y encontró en la sepultura que salía un hermoso clavel. Avisó a su marido, hicieron abrir la  sepultura y descubrieron con gozo el clavel que nacía desde la misma herida de la hermosa Felicia. Después de descubrir el milagro y ayudados con el cura, mandaron construir un arca.
(arca o ataúd de madera donde reposaron los restos del cuerpo de Santa Felicia)
En esta arca le pusieron sobre una mula, dejándola rienda suelta y que la guiase la Provivencia.
En cada pueblo que pasaba la mula, salian la gente en procesión, tocando las campanas, para venerar y recibir una dávida del Cielo. Pero cerca de Labiano, cayó y quedó inmóvil la mula junto a la antigua basílica dedicada a la Conversión de San Pablo. Por eso, por la voluntad de Dios, se venera a Felicia en el mismo lugar donde se venera hoy, en esta basílica de Labiano y situado al lado del lugar, donde la mula quedó inmóvil.
(lugar donde cayó la mula con el cuerpo de Santa Felicia).